Por: Área de Ciencias Naturales y Educación Ambiental
Con gran entusiasmo y alegría el Colegio de la Santísima Trinidad celebró y enalteció la noble labor de nuestras mujeres en la institución y su invaluable papel dentro del sector educativo y social.
Con la finalidad de reconocer la importancia del papel de la mujer en nuestros tiempos y su protagónico papel en la historia, se realizó un homenaje muy sentido dentro del marco de su liderazgo y empoderamiento como gestores de paz.
Tan memorable celebración, se realizó en el Aula Máxima de la institución con la participación de toda la comunidad educativa dirigida por nuestros docentes, personal masculino y comunidad educativa en general.
Por lo tanto, es importante esta celebración; ya que se hizo referencia a su dignidad, palabra de difícil definición, pero de obligada atención cuando se aplica a la mujer. Una mujer es digna cuando mantiene y preserva sus valores como persona. Una mujer es digna cuando vive su ser mujer en toda su feminidad corporal y espiritual. La dignidad de la mujer, no está determinada ni por la biología ni por el tiempo. El cambio de la anatomía en la mujer no determina de ningún modo su dignidad de persona. Es la esencia de su ser interior, sus valores, la nobleza de su corazón, la pureza de sus pensamientos, la serenidad de su espíritu, la fortaleza de sus convicciones y la sabiduría de su conciencia. Ser mujer, nacer mujer, no la hace menos digna que ser hombre.
Así mismo, dentro del marco de nuestra Filosofía Franciscana para hablar de ti mujer hay que ponerse de pie. Con toda seguridad podríamos definir a la MUJER como ternura perfecta, única, dotada de virtudes y talentos incomparables e intransferibles. De los seres creados fue lo más bello, tanto que fue elegida para ser fuente de luz y vida. Hija, amiga, novia, esposa, madre, compañera… Lo más lindo y lo más puro siempre lleva nombre de MUJER, por tal razón, ¡a vivir con esa dignidad!.
Por consiguiente, es justo que la comunidad educativa reconozca la importancia que ella tiene en los distintos ámbitos de la vida. Es necesario defenderla en su valor y en su riqueza personal, en sus roles propios como hija, esposa y madre y reconocer que la mujer de hoy se debate entre su “ser” y su “querer”. Por un lado, desea “ser” lo que a muchas mujeres por vocación les corresponde y es parte de su naturaleza: ser esposa para luego convertirse en madre y ser el eje de una familia con la que desde pequeña soñó. MUJER tu tiempo es ahora.
«La dignidad de la mujer es la esencia de su ser interior, sus valores, la nobleza de su corazón, la pureza de sus pensamientos, la serenidad de su espíritu, la fortaleza de sus convicciones y la sabiduría de su conciencia. Ser mujer, nacer mujer, no la hace menos digna que ser hombre».