Por eso nos congregamos en torno al altar como comunidad educativa, para ofrecer nuestros compromisos de grupo para este año. Delante de Dios pusimos nuestras metas a trabajar, y también delante de Él nos comprometimos a ser equipo en nuestras acciones, como fraternidad inspirada por Francisco y Madre Caridad.

El Padre Cesar Sánchez, nuestro nuevo líder espiritual, dirigió la homilía centrando el discurso en palabras claves para lograr que, en la memoria de los estudiantes, se quedaran las ideas fundamentales de la reflexión. Insistió en cinco palabras claves para el trabajo de este año: La alegría, dado que es vital que en todo disfrutemos del maravilloso don de existir, a la par que es una exigencia de nuestro padre Francisco a los hermanos menores; la entrega, dado que cuando hacemos todo lo que hay que hacer sin escatimar esfuerzos, independiente de los resultados estaremos siempre satisfechos de haber hecho bien aquello que teníamos que hacer; la Oración, espacio de sentido de la vida humana en el que en diálogo con Dios encontramos las respuestas a lo que debemos hacer; la ilusión, sentimiento que nos permite visionar que todo puede llegar a ser mejor y que nos genera una disposición interior optimista para proyectarnos; y la unidad, sabiendo que no estamos solos, que el otro es mi posibilidad de apoyo para avanzar, pero que también yo soy el apoyo para que el otro camine con seguridad por el sendero de la vida. En esta dinámica, ser el primero no es lo más importante, sino saber que estamos en camino y que es en unidad que logramos nuestras metas como fraternidad grupal.