En unidad con toda la Iglesia, la Fraternidad de la Santísima Trinidad celebró el inicio de la cuaresma del 2020, acogiéndose a un Dios misericordioso que reconoce la fragilidad del hombre y le concede la oportunidad de orientarse a la superación de sus debilidades desde un encuentro espiritual amoroso.

Con las manos ensuciadas meditaron en el acto penitencial ¿Qué acciones ensucian vuestras vidas? ¿Qué debéis hacer para mejorarlas? ¿Qué compromiso podéis hacer con el Cristo que os espera para redimiros en la cruz de la pascua? Y después de reconocer sus realidades con la ayuda del sacerdote, permitieron que Jesús, el agua viva los limpiara y los dispusiera para un caminar de ayuno, oración, sacrificio y limosna de cuarenta días. Una experiencia que les permitirá avanzar en su vida espiritual y humana. Este compromiso lo ratificaron después de meditar la Palabra y de permitir que se signara la cruz de la salvación en sus frentes.

Orlando Garcia Calderon
Asistente de Pastoral