Con gran alegría celebramos la fiesta de la Beata Madre Caridad Brader, una mujer enamorada de Jesús Eucaristía que lo dejo todo para servir a los indígenas abriendo caminos de dignificación desde la educación.

Para manifestar gratitud a Madre Caridad trabajamos en el reconocimiento de su vida, yendo desde un primer acercamiento a su biografía, el primer día del triduo, pasando luego a reconocerla inserta en la Iglesia para trabajar con fidelidad en la obra del Reino y finalizando con un acto cultural donde se exaltaron acontecimientos memorables de su vida en los que nos comunicó la visión de sentido de su espiritualidad, una herencia que debemos hacer vida en nuestra experiencia de formación Franciscana y Caridad.

Su amor llego a nosotros a través de sus hijas, las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada. Por eso nos alegramos con ellas y desde la sencillez, les entregamos tarjetas, carteles, cartas y mensajes desde los que manifestábamos un “muchas gracias por su bella obra entre nosotros”. Este momento cerró con la entonación unánime de la comunidad, la canción “Ven Madre Caridad” resonó en todos los rincones de esta casa, que algún día fundara la Madre como proyección de su ardor misionero. El acontecimiento fue manifestación de gratitud, exaltación de la vida y obra de la Madre Caridad y sobre todo una oportunidad para el crecimiento de la Espiritualidad Franciscana y Caridad.

Logramos interiorizar con mayor profundidad su lema “Todo por amor a Dios y como Él lo quiere”

Orlando Garcia Calderon
Asistente de Pastoral