Solo nuestro Dios puede recompensar la generosidad de su “Sí” amados DOCENTES… su respuesta vocacional mediante el acompañamiento y formación de “nuevas humanidades”, de sociedades más justas y solidarias. Gracias por hacer parte de esta gran familia de La Santísima Trinidad, gracias por el espíritu franciscano que los hace únicos en medio del mundo. Gracias por su entrega y sacrificios, Dios es y será siempre su mayor recompensa. Con ustedes nuestro abrazo fraterno y agradecido.